El Campanario
- LaraYagia
- 25 jun 2020
- 14 Min. de lectura
Actualizado: 31 jul 2024
Un relato breve, basado en la monotonía de la vida del empleado público. Trasciende de la esfera de lo cotidiano al suspenso. Espero que lo disfruten.

—Buen día ¿se encuentra el archivero? (cliente)
—Ahora mismo lo traigo ¡Antonio! En un momento viene señor espere un minuto, seguro está revisando el almacén.
—Descuide solo lo espero. (cliente)
Pasaron dos minutos aproximadamente, el reloj era lo único que sonaba y de pronto se divisa la figura de un hombre saliendo del fondo del pasillo. Camisa beige, lapicero en el bolsillo del pantalón negro, anteojos y de zapatos marrones. Antonio.
—Buen día señor, discúlpeme la demora ¿en qué puedo servirle? (Antonio)
—Gracias, quisiera revisar si en los archivos de la ciudad hay fotos de la construcción de la catedral. Escuché que cuando la remodelaron guardaron algunas acá y me interesa la verdad. (cliente)
—Tengo que revisar pero me parece que sí tenemos unas cuantas, si me permite su dirección de correo se las envío a más tardar mañana. (Antonio)
—Sí perfecto, acá se lo anoto. (cliente)
—Bueno, muchas gracias ¿me permite su nombre? (Antonio)
—Lucas Salas. (Cliente)
—Le estaré enviando los archivos a más tardar mañana, tenga un buen día señor Lucas (Antonio)
El señor salió normalmente y pasaron unos 20 minutos, Antonio volvió a su almacén donde estaba organizando archivos históricos de la ciudad. Ana la otra encargada mataba el tiempo fingiendo hacer algo en la computadora, de vez en cuando atendía el teléfono y anotaba uno que otro mensaje. Los archivos son un mundo aparte, muy limitado a investigadores y curiosos, más los primeros que los segundos. Es la monotonía laboral en pleno apogeo, solo quienes aman el pasado y el orden son capaces de tolerar y a una escala muy personal y desconocida disfrutar dichos empleos.
—¿Estás seguro de lo que haces my friend? (Alí)
—Sí Alí ¿vas a insistir de nuevo? (Antonio)
—Digo, solo si supieras para qué quiere esas fotos, podría ser para una mala publicidad de la ciudad o alguno de esos grupos religiosos y quizás sectas que pretendan dañar la catedra, aparte serías el único responsable. (Alí)
—No creo que sea sensato además parecía un buen hombre, estaba bien vestido, asemejaba un profesor ¿alcanzaste a verlo? (Antonio)
—No, no realmente pero vamos Antonio, ya sabes de lo que son capaces esos hombres ¿recuerdas cuando vinieron buscando fotos del asesinato del policía aquél? ¿ cómo se llamaba? ah sí Vaca le decían. La cosa no es esa, sino lo que pasó después…
—¿Me vas a culpar de que ese pobre hombre allá ido preso? Eres increíble Alí, cuando pienso que te conozco me dices estas cosas. No pareces mi amigo, de todos modos los archivistas somos solitarios. (Antonio)
—Tú y todos los que estaban antes han tenido las mismas actitudes, uno se les acerca de buena manera y les dice las cosas pero parecen ser sordos. Por eso nadie se jubila en tu posición y ojo que no es culpa mía, son ustedes solos quienes se colocan allí. (Alí)
—Ya, ya déjalo ser. Te haré caso y no le mandaré nada. (Antonio)
Cerca de la media tarde Antonio se prepara y recoge sus cosas. Ana, siempre indiferente, no se despegó del celular ni del Facebook en lo que llevaba de tarde. Se convirtió en costumbre y buena rutina, Antonio se arreglaba y cambiaba el uniforme, Ana esperaba que le avisaran que ya era la hora y comenzaban a cerrar el almacén y la entrada de la recepción. Esta rutina continuaba de lunes a viernes salvo algún feriado.
Pasó el viernes y Antonio no le envió los archivos al hombre. Pasó el lunes y tampoco, llegado el martes era día del empleado público así que no contó. El miércoles a la mañana, 8:30 am estaba Lucas allí.
—Buen día ¿se encuentra el archivista? (Lucas)
—Un momento, ahora lo llamo ¡Antonio! En un segundo estará acá, por lo general se encuentra revisando y organizando documentos. Casi ni nos vemos salvo para algún café. (Ana)
—Suele pasar, trabajo en la prensa y hay gente que no veo ni queriendo. Qué dará de ustedes que están solos. (Lucas)
—Un momento ¿usted vino la semana pasada no? Claro el hombre que buscaba unas fotos de la catedral ¿ocurrió algo? (Ana)
—Sí , la verdad es que no me han hecho llegar las imágenes y necesito publicar para el lunes. Estamos próximos a hacer una revalorización de la catedral antes de que instalen el nuevo campanario y remodelen la acera. (Lucas)
—Me entero por boca suya que harán eso. No pasó por allí, vivo en la otra punta de la ciudad. (Ana)
—Por lo general se modifican cosas a nuestro alrededor y no nos damos cuenta, siéndote franco, ocurren cosas y las ignoramos sin saber. Naturaleza humana (Lucas)
—Me extraña que Antonio no le haya mandado nada, no viene nadie en el día, creo que en la última semana solo cinco personas vinieron: unas niñas para una hemeroteca del colegio, el supervisor de la zona, una mujer que buscaba imprimir y la ayudé ah y desde luego usted. (Ana) con risas.
—Las cosas que uno podría decir, es cuestión de detenerse y observar lo que pasa cerca de ti. Te aseguro que acá pasan cosas ¿hace cuánto estás en este trabajo? ¿Cinco años, dos años o más? (Luca)
—Sabe, estoy hace un mes. Es raro pero cambian mucho de personal acá no sé si es el edificio aunque lo que te puedo asegurar es que es muy pero muy aburrido estar en esta oficina, literalmente solo puedes revisar algunas cosas en la computadora y como nunca viene nadie, parece un empleo solamente decorativo. La paga es excelente para lo que haces en general así que no sé por qué siempre cambian. Antonio suele hablar al fondo del almacén, a veces pareciera que responde a llamadas o hace videollamadas pero no creo a lo mejor solo tararea canciones. Yo lo haría, de todos modos nunca viene nadie. (Ana) de forma irónica
—Llegué, buen día señor ¿en qué puedo servirle? (Antonio)
Lucas, se quedó sorprendido, pero disimuló. La cara de Antonio era de una indiferencia total, como si nunca hubiese existido tal visita. Pensó que podría haberlo olvidado o que solamente era un tipo raro con problemas de memoria o algo por el estilo, de todos modos estaba acostumbrado a tratar con extraños de todo tipo, era un corresponsal de prensa.
—Sí señor, no sé si recuerda pero vine la semana asada en busca de unas fotos de la catedral, creo que lo olvidó soy Lucas Salas (Lucas)
—Cierto, la verdad es que busqué pero no creo tenerlas porque no las conseguí. Discúlpeme creí haberlas visto, seguro el archivista anterior las botó o algo, sabes como son estas cosas. (Antonio)
—Es raro porque revisé en internet y dicen que acá las tienen, pero si usted insiste ¿habrá alguna posibilidad de que vuelva a buscar o si sabe dónde puedo conseguirlas? (Lucas)
—¿Para qué las necesita señor Lucas? Son solo unas imágenes (Antonio) seriamente
—Soy corresponsal y cubriré la noticia del nuevo campanario de la catedral que instalarán la semana entrante y quería hacer un recorrido por los cambios que le han hecho. Como podrá ver un archivista son numerosos. (Lucas)
—Bueno por tratarse de este motivo busco de nuevo en caso de no conseguirla le aviso ¿estamos? (Antonio)
—Sí está muy bien solo por favor si lo tiene a disponibilidad cuanto ante mejor. Así no dejo el trabajo para la última hora. (Lucas)
—¿Entonces se podría decir que es una cuestión de vida o muerte? (Antonio)
—La verdad no, nadie morirá o al menos eso creo si no publico la nota. Pero si usamos una metáfora, sí es una cuestión de vida o muerte, sería la única prensa en no publicar algo. De última instancia lo podría hacer sin las fotos pero no tendría mucho sentido ¿no cree? (Lucas)
—No, para nada, pero si es una cuestión <<de vida o muerte>> lo tendré en cuenta. (Antonio)
—Que tenga un buen día señor Antonio y a usted señorita que finalicen bien. Espero en el mail su mensaje. (Lucas)
Lucas se marchó tranquilamente pero con la sensación de que no obtendría nada. Estuvo refunfuñando en el camino sobre la burocracia estatal y como para una tontería como esa nota tendría que tener más paciencia que otra cosa.
—Explícame tu motivo para no enviarle nada al pobre hombre Antonio, hasta me da lástima. Ambos sabemos que tienes las fotos en el archivo ¿qué te cuesta? (Ana)
—La verdad es que quiero que tengan un buen motivo han pasado cosas con quienes manejan imágenes y fotografías que seguro sabes. Además la catedral es muy hermosa y siento que la protejo. (Antonio)
—Eres un tipo raro ¿lo sabías? Es solo un par de fotos que no lastiman a nadie y que estoy segurísima que van a dejar en la web para que no tengan que volver a venir a implorarte que le des una foto santo protector de la sagrada catedral Antonio Rodolfo. (Ana) con ironía y risas.
—Ríete anita pero esto es algo serio ¿Cuándo todos tengan acceso a todo y no sea necesario nuestro trabajo? ¿te has imaginado cómo sería estar atendiendo gente todo el día en otro sitio? Lejos de los documentos, el polvo y la tranquilidad del trabajo. Es más, te apuesto que no quisieras terminar haciendo censos o peor, en el registro de las personas viéndole la cara a todos los monigotes que pasan y quieren que su tiempo valga más que el de los demás. Aunque capaz los regalitos que te dejen por acelerar el proceso valgan la pena. (Antonio)
—No me imaginé nunca como esas viejas que están atendiendo en un mostrador, creo que se mueren y siguen apareciendo allí, sin sello personal, sin marca, sin espíritu. Ay Antonio es deprimente la verdad, lo único que las salva es el cigarro y que les dejen algo por haber hecho su trabajo. No, no me puedo imaginar eso pero en cierto modo es ridícula tu excusa solo mándale las fotos al pobre hombre y déjalo ir. De todos modos van a desaparecer nuestros empleos no entiendo tu drama (Ana)
Antonio se fue al almacén y empezó a escanear las fotos. Cuando estaba sentado en la computadora se fue la luz.
—Éxito, ¿ahora qué hago? ¡Ana! Se fue la luz (Antonio)
—Voy a salir a fumar, según tu futuro triste y mórbido terminaré fumando mientras la gente espera que los atiendan así que voy a prácticas, me avisas cuando vuelva (Ana)
—No me digas Antonito ¿de verdad pensabas enviarle las imágenes al perioducho ese? ¿No le viste la cara de intelectual y sobrado que tenía? Si hasta yo me di cuenta que se ve como caprichoso y seguro salió refunfuñando sobre tu trabajo. Te digo que eres inocente, si pudiese hacer que te echaran lo haría. Esa gente no es amiga de nadie, aparte lo vi hablando con Ana cuando llegó, eso debería de ser un indicio ¿y si solo viene por Ana? Seguro ni es periodista, mándale un correo para que te traiga la documentación que corresponde y si está inscrito en su gremio o de lo contrario no le mandes un carajo. (Alí)
—Sabes que lo sentí como un buen hombre no creo que esté mal además así la gente podrá ver lo importante de la catedral y cómo ha cambiado Alí. Siempre andas exagerando (Antonio)
—Pero amigo es el destino que no lo quiere, se fue la luz. Aparte tú mismo lo dijiste cuando todo esté en la web no habrá ni que asomarse a estos sitios y al igual que los lecheros, despertadores humanos y ni hablar de las operadoras que redireccionaban las llamadas. El tuyo está por irse y formas parte de su destrucción. Insensato, tonto, estúpido. Te apuesto que cuando quedes sin empleo, hombres sagaces como Lucas se quedarán con tu mujer y casa y vas a terminar pidiendo limosnas o peor aún de aspirante a funcionario público rogándole a cualquier candidato que te de un puesto en algo que seguro desaparece con el tiempo. Imbécil (Alí)
—Tienes razón, le pediré los documentos que requiero, a ver un carnet del gremio de periodistas, documento de identidad y creo que también quiero su título universitario siempre es bueno saber de dónde viene. Si se pone con estupideces que me traiga sus antecedentes penales. Estas fotos son muy valiosas y si es un criminal entonces no se las daré. Si es bueno estará acá para mañana a la mañana con todo en mano. (Antonio)
—Exacto es que no eres director porque no quieres ¿ves que cuando me haces caso las cosas salen bien? Ahora esperemos que vuelva la luz y trata de encender una vela. Antonito, este trabajo sería de lo peor si no tuvieses un compañero como yo, que te de ideas y te ayude a pensar mejor. Ana no hace nada sino estar allí todo el día, seguro quisiera estar muerta de vez en cuando. (Alí)
—Ana es buena persona solo un poco distraída pero ¿existe alguna secretaria o funcionaria pública que no lo sea? Con ese sueldo y la emoción de su trabajo. Hasta Siri suena aburrida y sin emociones. (Antonio)
—¿Quién es Siri muchacho? No importa realmente, recuerda que soy más viejo que tú y que los últimos tres archivistas. Mira Antonito te apuesto un almuerzo que no eres capaz de preguntarle a Ana cómo quisiera morir. Además quién te quita la opción que indagando en su alma llegues a conocerla mejor y sean más amigos (Alí)
—¿ya quedaste loco? Si voy con eso seguro me manda a pedir cambio con el supervisor aparte Ana siempre se ve que va a morir de vieja por un cáncer de pulmón o capaz la atropelle un carro, es muy distraída. Hazme un favor Alí y anda a ver si hay telarañas o algo por limpiar acá.
Al día siguiente se presentó en la oficina el periodista con toda la documentación, llegó a penas estaban abriendo para conseguir las fotos, Antonio se había hecho pasar por enfermo y Ana no conocía el lugar, así que lo dejó para el viernes.
—Buen día señorita Ana, la vuelvo a ver ¿cómo amanece? (Lucas)
—Hola señor Lucas, todo bien gracias a Dios, a ver si Antonio viene hoy y lo ayuda ¿lo del campanario es para el lunes no? (Ana)
—Sí anita, te soy sincero estoy a nada de perder la paciencia, es desesperante venir cada día y que me salga con algo distinto. Lo peor es que piensa que no tengo que hacer otras cosas, es solo enviarme unas fotos. (Lucas)
—¿Cómo amanecen gente? Disculpen la demora, está lloviendo y vine con pausa. (Antonio)
—Hola señor Antonio, acá le tengo la documentación correspondiente. De ser posible necesito esas imágenes urgente así las edito y preparo para el lunes, es viernes así que por favor su ayuda es fundamental. Tengo mis antecedentes penales en la última hoja de la carpeta. (Alí)
—Espere un minuto y ya le alcanzo las imágenes. (Antonio)
—¿Qué piensa usted ana? ¿Me dará las imágenes o me pedirá fotos de bebé a ver si soy yo jajaja? (Lucas)
—¿Ves cómo se burla de ti Antonito? Es un maldito ese, es más anda y dile algo que se enoje y se vaya de una vez ¿quién se cree ese estirado? (Alí)
—Señor Lucas, venga un segundo por favor mire necesito su dirección de correo electrónico por escrita y firmada acá en esta hoja, es parte del archivo administrativo (Antonio)
—Deme un bolígrafo y se la escribo no tengo problema (Lucas)
—No tengo (Antonio)
—Yo sí, déjeme que voy al auto. (Lucas)
—Listo, deme la hoja (Lucas)
—Ahora la imprimo y la traigo gracias (Antonio)
—¿Y ahora qué hago Alí? No le puedo dar esas fotos después de como me ha tratado, pensará que ganó y las cosas no son así a esa gente hay que ponerla en su sitio. (Antonio)
—Haz esto, pregúntale qué cosas va a editar porque imagínate si al muérgano ese se le ocurre colocar una cruz calvinista en la bella catedral o que peor le cambie los colores y tonos a las fotos Antonio ¿qué sería de la catedral? Aparte lady Ana te nombro Santo Protector de la Catedral Antonio Rodolfo, es un título nobiliario y que pocos tienen, imagina cuánto loco hay en la calle que quiere proteger una catedral con su vida. (Alí)
—Claro que sí además todavía me enoja que siempre tenga una respuesta para todo, seguro vive tranquilo pensando que tiene el mundo a sus pies. Es ya que lo voy a hacer explotar (Antonio)
—Anda hijo ¡En nombre del padre, del figlio y dello spirito santo AMÉN! (Alí)
—Te va bien con esas clases de italino Alí (Antonio)
—Oiga señor Lucas dígame algo ¿qué clases de ediciones hará con esas fotos?¿Sabe usted lo valiosas que son? ¿tiene idea de la responsabilidad que dejo en sus manos en este momento? Explíqueme detalladamente qué hará con ellas y estamos bien recuerde que no son cualquier cosa y que esto es una cuestión de vida o muerte (Antonio)
—Sabe algo Antonio, no le voy a editar un carajo ni a las fotos ni a nada solo envíemelas que así como usted las manda, así mismo la publicaré pero por favor no le he hecho ningún daño, mándeme las imágenes (Lucas)
—Está bien pero son cuatro imágenes y no todas van a la prensa ¿Qué hará con las demás? Seguro terminan en la papelera de su computadora o peor las publica en su Facebook o Instagram como imágenes propias quedándose con el crédito de todo. Todavía peor, es capaz de venderlas y prostituirlas para usted mismo, periodista de tercera, no le creo nada. (Antonio)
—Si no tuviese que hacer esto ya hubiese desistido, mándeme las cuatro imágenes que las voy a cuidar y a publicar como corresponden en la prensa, no sea insensato está actuando como un demente ¿se escuchó? ¿Tiene idea de las sandeces que está diciendo? Tenga cinco dedos de frente y haga su trabajo. (Lucas)
—Esta misma noche se las mando señor periodista (Antonio)
—Las quiero ahora ya tengo todo y estoy aquí es más no me pienso mover si usted no me manda esas imágenes, no volveré a caer. (Lucas)
Antonio fue al almacén y cuando estuvo a punto de enviarle las fotos, Alí apareció.
—Antonio pero ten bolas y dile a ese hombre que es un idiota y no le enviarás nada, y que si te pregunta no te da la gana que hable con quien quiera, él no obtendrá esas imágenes aunque sea lo último que hagas. (Alí)
—Alí tengo una mejor idea mi amigo, le enviaré en efecto fotos de la catedral y listo se quedará tranquilo. (Antonio)
—Listo señor Lucas, ya le envié las fotos. Tenga un buen día y disculpe el inconveniente recuerde que hay que ser precavido con la información, más aún cuando es valiosa e irremplazable. (Antonio)
—Adiós. (Lucas)
Rondando las dos de la tarde y faltando una hora para cerrar, se acerca el periodista con dos colegas de trabajo y bajan del carro.
—¡Antonio¡ ¿Dónde estás viejo malnacido? Esas son fotos de la catedral de la catedral de San Basilio en Rusia hijo de las diez mil. Sabes a lo que venía, dame las imágenes (Lucas)
—Oiga discúlpeme pues la verdad es que usted no me dijo de cuál catedral, como podrá imaginar estamos por cerrar y francamente espere al lunes de la semana que viene porque no puedo hacer más nada, si tiene alguna duda o puedo hacer algo más por usted hágamelo saber y tenga un buen día. (Antonio)
—Tienes que estarme jodiendo o algo ¿le hice algo o lo conozco de algún lado? si en algún momento lo lastimé u ofendí discúlpeme ¿qué tiene contra mí? Soy solo un corresponsal y mi deber es hacer noticias, no me haga esto soy un pobre hombre. (Lucas)
—Tiene razón Lucas aguarde que ya le envío las correctas. No quise lastimarlo ni causarle daño, ya sabe que cuando la información es única e irremplazable solo accede por cuestiones de vida o muerte. (Antonio)
Antonio entró y se sentó en el escritorio, escaneó las fotos de nuevo y anotó la dirección de correo, cuando estuvo por enviarlo. Apareció Alí.
—Ok, ok, ok ¿no me digas que te comiste el cuento del hombre necesitado? Vino con dos hombres a buscarte Antonio seguro espera a que te descuides para matarte a golpes. No tiene malicia se nota desde lejos, llama al a policía y di que entró un hombre gritando y que viene con dos sujetos posiblemente armados. (Alí)
—Alí es una grandiosa idea, tienes toda la razón del mundo, ese estúpido vino a hacerse pasar por cordero, mejor llamo a la policía, sabes que Juan el vecino de mi casa tiene un hermano en la comisaría mejor hago que venga y los saque de encima.
Tras 10 minutos llegaron los oficiales a preguntarle a Lucas. En eso transcurrió la mitad de la hora restante, hasta que pasaron a interrogar a Antonio sobre qué lo motivó a denunciarlos. Aseguró que estaban con ganas de golpearlo por no poder enviarle unas imágenes y que lo más seguro era que entrara por la fuerza, después de todo esta era una cuestión de vida o muerte y los policías entenderían lo que pasaba.
Se marchó Lucas en el auto. Ana y Antonio estaban por cerrar.
—Lo hicimos Antonio, vencimos al idiota ese, siempre hay una forma de que no destruyan nuestro patrimonio, solo hay que ser cuerdos y francos. Además ahora esos policías te van a proteger hasta que salgas. Todo está de maravilla. (Alí)
—Sabes Alí me alegra que se haya ido. Por un momento me asusté pero eres el mejor compañero de trabajo que un archivista puede tener, te lo digo. Es un trabajo muy difícil que la gente no valora. (Antonio)
—Hijo pero entiende, no fui yo, eres el Sagrado protector de la Catedral Antonio Rodolfo y Lady Ana seguro te otorgará más títulos por tu sagrada conducta. Solo recuerda que todo tiene un porqué. (Alí)
Antonio se marchó junto con Ana y cerraron la oficina, los policías los escoltaron a sus casas para protegerlos. En el camino pararon en la comisaría un segundo. Llegaron los de forense a entregar los cuerpos. Antonio y Ana se preguntaron
—¿Qué hacemos aquí? Si deberíamos estar llegando a casa. (Anita)
Tú vives algo cerca de mí pero podrías haber tomado el bus anita. —Dijo Antonio.
La policía recogió los cadáveres de Antonio Carrizo y Ana Fuentes, el primero ahorcado y la segunda apuñalada hasta morir en el hígado. Lucas Salas, el reportero cubrió la noticia y el arrestó a Alí Gonzales, empleado público y archivista. Acusado de demencia y trastorno bipolar y esquizofrenia. Cuando se le preguntó por qué asesinó a la secretaria y al otro archivista aclaró <<son cuestiones de vida o muerte>>.
José Jesús Lara Yagia
La Plata, Provincia de Buenos Airers, Argentina.
13/05/2024
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